Él fue él, el extranjero de su alma gemela, la letra con sangre que aprendió a vivir con dolor y sin amnesia.
Ellos fueron los ojos crueles de la humanidad, los sin nombres, los cuales murieron de amor en la bruma de los sueños y, aunque el poema llevaba una lágrima, se negó la amada intangible.
Demencia fue la de él con una crueldad gratuita, pensando en las noches la tregua de su sonrisa.
La pena de amor llegó por el desamor infernal, sin el brillo en sus pupilas, y el hielo de su cuerpo su corazón también lloró.
La soledad de un abrazo negro y blanco, hicieron volar las gaviotas fuera del mar.
Nunca hubo más inviernos, más veranos ni primaveras.
Con una nostalgia común se envolvieron en un oscuro resplandor del pecado, y por la senda equivocada, ríos y selvas se extinguieron por extrañar la humedad de su cuerpo engañado, siendo la venganza su final, de ese gran amor.
8 comentarios:
Hermosa tus palabras!! (: volvi despues de mucho al blog!! un beso enormee amigaa!! gracias por tu palabras!
Percibo apocalipsis, aves asustadas, abrazos enloquecidos. Sangre. Y pasión.
Bss.
Del amor al odio ya se sabe... muy poco es necesario.
Saludos.
Que triste historia, algunos amores están destinados a negarse al amor.
Un abrazo!
Degusto tus palabras fluyendo entre los recovecos de un contradictorio amor.
Saluditos :)
"Nunca hubo más inviernos, más veranos ni primaveras."
intenso
"ríos y selvas se extinguieron por extrañar la humedad de su cuerpo engañado..."
Me pegó esa frase. Lamentablemente no veo la luna en esta historia que está muy bien contada.
Saludos.
Muy bueno, le das muy buen uso a las palabras y construís una metáfora entrañable.
El Poeta Maldito: A mi entender, es clara la presencia de la luna en la frase "La soledad de un abrazo negro y blanco".
Saludos!
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