Un día un viejo sabio me preguntó lleno de curiosidad si alguna vez me había encontrado un reloj en la playa. -Siempre- Le contesté -Todas la veces que he ido a la playa he pisado un enorme reloj, tan grande, que hasta el día de hoy no he podido descubrir en dónde está su centro. Nunca he visto en dónde cae el chorro de arena. –
-Quién sabe- Me dijo el anciano sonriendo con una mueca de complicidad dibujada en la cara: - Quizás el tiempo de ese reloj ya se acabó y sólo es cuestión de esperar un momento más antes de que todo gire, se ponga de cabeza y vuelva a empezar…
7 comentarios:
Hacem mucho comentaste mi blog y creo q nunca te lo devolvi :P... me gusta tu blog :D... y mucho tus publicaciones desde ahora te sigo ;)
Si.
Muy bonita metáfora.
Me ha gustado mucho.
Besos.
mandala*
besos
cómo quisiera que ese reloj vuelva a empezar
A veces siento que te leo en momentos equivocados, pero me gusta lo que publicás y cómo.
Sobre la otra entrada, también tengo una foto de un jazmín. Pocos blancos tan lindos como ése. La nieve, también.
Habrá que darle la vuelta a todo, a ver si empieza a llover arena ;)
Un beso.
"...uizás el tiempo de ese reloj ya se acabó y sólo es cuestión de esperar un momento más antes de que todo gire, se ponga de cabeza y vuelva a empezar…" Es verdad y es increible como ese reloj para algunos puede darse vuelta al toque en otras toma mucho tiempo, anhelamos que ese nuevo comienzo sea pronto y renovador, lo importante es rescatar lo mas que podamos durante la espera. Me encanta tu blog. Segui asi
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